Estos son los 4 primeros objetivos generales que establece la Ley para la Educación Primaria en nuestro país.
Valores, convivencia, trabajo, colaboración, resolución de conflictos, tolerancia y respeto. Queda por cuestionarse si realmente son tenidos en cuenta en el día a día de los centros educativos y no quedan relegados y son ninguneados por la prevalencia de los progresos académicos de los alumnos.
La cuestión es si se han desarrollado recursos específicos para lograr la excelencia en estos objetivos o se supone que con el hecho de haberlos proclamado se espera que se consigan por sí solos.
Hablamos de valores que defendemos como sociedad y que desaparecerán si no somos capaces de trasmitirlos eficientemente a los niños. Implícitamente transmitimos valores con nuestro ejemplo y los mensajes que llegan desde los medios de comunicación masivos, se forman inevitablemente a través de las experiencias y vivencias de cada niño y de cada persona.
La cuestión es que si en un aula existen problemas de convivencia, si hay algún niño que no se integra, si algún alumno lo está pasando mal, si no quiere ir al colegio, es un hecho que debería ser tratado como prioritario, no sólo por humanidad y por defensa del niño, sino porque es un objetivo educativo básico. Sin un buen ambiente de trabajo, sin una buena cohesión del grupo, sin el sentimiento de comunidad en el aula no sólo es negativo para todos incluido el profesor, sino que la educación no alcanza los mínimos que se han de esperar de ella.